La pobreza suele ser sinónimo de necesidad y por ello, se
suele deducir que su solución es la ayuda y asistencia, sin embargo, este tipo
de apoyo suele acostumbrar a las personas a una "vida confortable"
donde incluso su pobreza le trae beneficios, donde la pena ajena es el
principal sentimiento y todo se les dará por compasión. Teniendo en cuenta lo
anterior y la charla de Jessica Jackley, es importante destacar que no hay
generosidad cuando lo que se da es por deber y la gente pobre se vuelve una
mercancía donde se está enmascarando nuestro sentimiento de culpabilidad al ver
estas personas en tan precarias condiciones, pero sin un sentido de
colaboración real.
Vivimos en una sociedad conformista, entre más
nos den y menos tengamos que hacer, mejor estamos, sin embargo, las comunidades
de bajos recursos lo menos que necesitan es conformarse con lo que tienen, todo
lo contrario, necesitan una compañía y auxilio que se construye día a día,
enseñarlos a diseñar proyectos que los saquen de su zona de confort y no estén bien
solo cuando se les done algo sino que ellos mismos puedan labrar su futuro, es
por ello, que apoyo firmemente el pensamiento de Jackley, al aportar un pequeño
grano de arena y motivar a otras personas a crear emprendimiento en medio de la
pobreza, es una labor que en largo plazo, tendrá sus recompensas; además de
esto, es importante resaltar que incluso la calidad de vida de estas personas
mejorara notablemente y con solo un préstamo, se le está dando la oportunidad a
una persona que nunca creyó en sí mismo, en realidad es una invitación por
hacer un cambio ya que este tipo de comunidad no solo necesita un apoyo económico
sino que motivación y aliento de victoria.
Asimismo, tal como lo dice el historiador y militar
ateniense, Tucídides: "Reconocer la pobreza no deshonra a un hombre, pero sí no hacer ningún esfuerzo para salir de ella", a partir de esto, es esencial reconocer que somos importantes líderes para evitar que esto suceda, de hecho, incentivar a que la gente no se acostumbre a la pobreza, que no sea una relación plana de dar dinero, es todo un proceso de colaboración, paciencia, respeto y sobre todo, de mucho esfuerzo, somos capaces de realizar estas acciones, de aportar algo al mundo, de estimular a la sociedad a ser emprendedores, crear nuevos proyectos que determinen un cambio de 180 grados para comunidades vulnerables sin esperanza de un mañana mejor.
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